Hoy es 24 de Abril de 2019. Hay muchas personas que buscan y desean conseguir algo más en la vida. Tenemos metas que queremos cumplir y sueños que nos alegran el día y las noches mientras soñamos.

Todo lo orientamos al futuro, a segundos, minutos, horas, días, meses, años,… más adelante. Y nos decimos a nosotros/as mismos/as: “Hasta que no llegue ese día no seré feliz”, “cuando termine esto descansare”, “Cuando encuentre a esa persona especial seré feliz”, “Cuando acabe la carrera, el libro, los exámenes, el trabajo,… seré/estaré libre”, “cuando termine de pagar la hipoteca hare lo que quiera”, “en verano me voy a ir de vacaciones al Caribe y se acabara el estrés”, “en el fin de semana saldré y seguro que me lo paso de lujo”, “cuando cambie de coche/casa/ciudad/…estaré mejor”… ¿Te suena alguna de ellas? ¿Y qué ocurre en esa fecha? Ese instante en el que llega el momento preciso que tanto planeamos y deseábamos. Pues lo más común es que nos sintamos felices, entusiasmados/as, sorprendidos,… o en otras ocasiones con emociones contrarias a lo que esperábamos. Pero, ¿Cuánto tiempo nos dura eso? ¿Mereció la pena esperar tanto para sentirnos así? ¿Y cómo fue ese camino hacia ese sueño/ambición? ¿Hubo sudor y lágrimas o fue un camino rodado con buenas vistas y entretenido?

Una de las cosas que más nos motiva es el futuro, la esperanza de cambio y nuevas posibilidades. Ese futuro es hacia donde nos dirigimos y donde nunca podemos estar porque cuando llegamos a él se convierte en presente y a la misma vez pasado, en otras palabras, “el futuro es como una estrella fugaz que desaparece cuando es vislumbrada”, acaba convirtiéndose en una ilusión que nos acompaña en nuestro diario. Al final, lo que tenemos es el eterno presente, el cual es un vasto terreno donde se pueden sembrar ilusiones, acciones, emociones, pensamientos,… que den frutos muy diversos o conjuntos. Eso sí, pensar en el futuro puede ser una ilusión que nos ayude a llevar el presente de manera más amena y con más entusiasmo o no, dependiendo de lo que imaginemos.

Pero, cuidado con vivir el presente pensando solo en el futuro, al final acabas siendo un esclavo del futuro y no se aprovecha el potencial real del presente.

Por favor, vivamos el presente es mágico.

Niko Rosales