En mi caso, he peleado contra el mundo, contra los dedos acusadores y la maldad más absoluta. He echo cosas de las que me siento muy orgulloso y cosas que preferiría olvidar.
Pero creo en la libertad de elegir, en mis propias normas, no creo en etiquetas, en aparentar, en ser irreal, creo en el amor sincero, en la emoción, en llorar, en sentir, en hablar, creo que el deseo es libre y creo en más allá de los límites, solo hay que saber escoger tu trayectoria y no la que te dictan las mientes quietas.